810

Quiero comerte la cara, quiero besar tu boca y que me susurres guarradas. Estás enseñándome el lado bueno de las cosas y tengo miedo de que si te vas te lleves todo lo bonito que ahora veo. También estás rellenando todos y cada uno de mis espacios en blanco, esos que hacen de las personas seres incompletos, y creo que es una buena forma de decir que en gran parte me completas. Haces que crea que existen oportunidades para mi, y que algo bueno puede pasarme, haces que crea en mi, y no sabes el tiempo que llevaba sin hacerlo. Y desde ahora creo que no hay nada más bonito que encontrarme tu mirada buscándome por todo el vagón del tren. Camino a Madrid, nuestro pequeño secreto, Gran Vía nuestro colchón y Callao, las mejores vistas, a menos kilómetros del cielo que del suelo, volando de noche y durmiendo a tu lado. Flotando entre sábanas y besándote a oscuras. Juego de madrugada, por el que apostaría mi vida todas las noches. 
Haces de cada calle el lugar ideal para devorarte, para abrazarte, para quererte.
Pero es que quiero comerte la cara y besar tu boca, es todo lo que quiero hacer en el mundo. Cuando paseo distraída y me agarras la mano, creo que he nacido para eso.
Y aunque esto es todo lo que soy, tú aún así me miras fascinado pidiéndome más, creyendo en mi y creo que es justo eso lo que me está enamorando.
Estás curando mis cicatrices, esas que tú no ves, pero que a mi jamás me dejarán ser perfecta y esa es una de las millones de razones por las que me tienes absolutamente cautivada.
Ojalá no te acabes nunca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario